El recuerdo rezonga por la oscura azotea,
va errante por la bruma con pasos de charol,
gris plumón en el viento, juguete de marea,
cometa vagabundo, cansado caracol.
El recuerdo descansa, dormita, cabecea,
habita el pensamiento al límite del sol,
glacial testigo mudo, eficiente albacea
del alambique interno, del humano crisol.
Cuando emite su voz desvaría el quejido,
estallan los acordes de añorada canción
y sus ecos de piedra son amargo latido.
Cuando atiza su fuego centellea el olvido,
se funden los metales con nardos de pasión
y las cenizas velan todo el valle perdido.
Emma Margarita
Nació en Luarca (Asturias), España. Con tres años de edad fue admitida en el colegio de primera enseñanza porque ya sabía leer y escribir. Desde muy pequeña asistió a manifestaciones artísticas: conciertos, exposiciones de obras de arte, conferencias, etc.
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